sábado, 22 de enero de 2011

Vida Digna, y el día después... (El caso de los yogures Caducados, continuación)

Sábado 22 de Enero del 2011, llego a Vida Digna. Al pasar por la cristalera que da a la calle los yogures ya no están sobre las mesas como sucedió los dos últimos fines de semana. En su lugar dos copas de chocolate y crema mantienen su tapa, en esta se puede apreciar que la fecha de caducidad es del  25/01/2011. Y por supuesto al entrar mantendrá la tapa. No hay nada que ocultar.

De primer plato, por fin lentejas, con chorizo, buena presencia, y a pesar que estaban un pelín saladas, dejaban claro haber sido elaboradas con esmero. De segundo, el sempiterno rapante de los sábados; pero en esta ocasión con unas patatas bien preparadas, además de unos tomates en rodajas; que si no me equivoco, no veíamos desde hace meses. De postre las copas de chocolate, ya referidas.

Antes de comer, dos alusiones fuera de lugar a mi queja, o quejas. No puedo aseverar mas, porque simplemente vinieron a darme las gracias. No, a dialogar conmigo. Faltaría más...

Al salir, fui abordado por una pareja que no eran comensales, ni eran voluntarios, ni trabajaban en el comedor, ni fueron allí a comer. Paso de ser mas preciso para ahorrarme problemas innecesarios. Sí diré que se extralimitaron en sus funciones. Con una chulería impropia de su profesión, se han dirigido a mi con intenciones obvias de intimidarme. Sinceramente, patético. Sobre lo sucedido apenas diré:

En Mayo, señora Mendez, ya veremos que es mas efectivo. Si el asustar o el convencer a la gente. Cuente conmigo para librar a Vigo tanto de su nefasta gestión.

Y a los de Vida Digna. No tengo que ser yo quien se avergüence de lo sucedido. No he dicho ninguna mentira, que yo estoy en contra de la comida adulterada lo sabían ellos, y no de ahora sino desde hace meses. Igualmente había protestado por la calidad de la comida, y antes de que presentara mis quejas y denuncias trate de abordar el tema, pero me mandaron a que me alimentara con la palabra de Dios. Aunque fuera por la mínima coherencia vosotros debías sentir vergüenza ante lo que hicisteis, o que cuando se presente Sanidad no reconozcas los hechos tal se espera de quienes toman la mentira por pecado.

En esta historia hay mucho para reflexionar, debatir y hacerse preguntas, para mejorar como seres humanos. Que no es por nada, pero parece os hace mucha falta por el trato que me habéis dispensado, y donde tanto la humildad como la bondad no han hecho acto de presencia tal era de esperar en quienes tanto énfasis hacen sobre los valores cristianos. Además mi guerra no es contra vosotros, es contra todos los comedores, lo cual deje patente en mis escritos.

Y nada mas, porque quien muestra tanta falta de sensibilidad y dialogo como la demostrada por vosotros con mi persona ayer, no necesita palabras; exige silencio. Yo ya estoy mas que satisfecho al ver como cambio la comida, que era de lo que se trataba.